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Augusto y su sonrisa


Augusto y su sonrisa por Catherine Rayner

Augusto, el tigre, estaba triste.
Había perdido la sonrisa.
Así que se estiro mucho y empezó a buscarla
Debajo de unas plantas encontró algo que brillaba. Pero no era su sonrisa si no un escarabajo chiquito.
Entonces se trepo a los arboles más altos.
En las copas había pájaros que cantaban y piaban, pero no puedo encontrar a su sonrisa.
Augusto busco más y más lejos.
Se trepo a unas montañas muy altas y alcanzo las nueves, que formaban figuras. Pero no vio a su sonrisa.
Nado y jugo con un montón de peces chiquitos, que brillaban en el mar. Pero la sonrisa no aparecía.
Recorrió el largo desierto, haciendo sombras y figuras con el sol.
Augusto avanzo más y más a través de la arena hasta que…
Plic plac ploc placa gotita gota goton.
Augusto bailo y corrió mientras que las gotas de lluvia caían y volaban
Salpico al pasar por los charcos que era cada vez más grande y más profundos. Corrió hacia un enorme  charco azul plateado y allí… ¡ allí, debajo de su nariz, estaba su sonrisa!.
Entonces, augusto se dio cuenta que su son risa estaría con él, siempre que el estuviera contento.
El solo tenía que nadar con los peces o bailar en los charcos, o trepar las montañas y mirar   el mundo…
Porque la felicidad estaba en todas partes.
Augusto estaba tan contento que bailo y salto…

Y se alejó saltando con su sonrisa…

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