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Mostrando entradas de octubre, 2021

FÁBULA 5: EL LOBO Y EL PERRO

Era un Lobo, y estaba tan flaco, que no tenía más que piel y huesos: tan vigilantes andaban los perros del ganado. Encontró a un Mastín, rollizo y lustroso, que se había extraviado. A Cometerlo y destrozarlo, es cosa que hubiese hecho de buen grado el señor Lobo; pero había que emprender singular batalla, y el enemigo tenía trazas de defenderse bien. El Lobo se le acerca con la mayor cortesía, entabla conversación con él, y le felicita por sus buenas carnes. “No estáis tan lúcidos como yo, porque no queréis, contesta el Perro: dejad el bosque; los vuestros, que en él se guarecen, son unos desdichados, muertos siempre de hambre. ¡Ni un bocado seguro! ¡Todo a la ventura! ¡Siempre al atisbo de lo que caiga! Seguidme, y tendréis mejor vida”. Preguntó el Lobo: “¿Y qué tendré que hacer? –Casi nada, repuso el Perro: acometer a los pordioseros y a los que llevan bastón o garrote; acariciar a los de casa, y complacer al amo. Con tan poco como es esto, tendréis por gajes buena pitanza, las sobra

LOS DOS MULOS DE JEAN DE LA FOINTAINE

Caminaban dos mulos, uno cargado de bolsas de trigo, el otro cargado de bolsas de dinero. Este último estaba muy orgulloso, de ser el portador de tan valiosa carga, se sentía honrado de que su dueño le diera esa responsabilidad. En un momento, los tomaron por sorpresa unos ladrones, que se abalanzaron sobre el mulo que cargaba el dinero. El animal se defendió como pudo, pero fue herido de muerte. El mulo cargado con trigo no fue atacado y pudo escapar, mientras se alejaba le dijo al moribundo: "Amigo no siempre es bueno tener un buen trabajo, si hubieras servido, a un humilde campesino, no te encontrarías en estos apuros.” INES · FABULA LOSDOSMULOS

FABULA: EL LOBO YEL CORDERO

mariabelochi@gmail.com · http://noisefx.ru  La razón del más fuerte siempre es la mejor: ahora lo verán.   Un Corderillo sediento bebía en un arroyuelo. Llegó en esto un Lobo en ayunas, buscando pendencias y atraído por el hambre. “¿Cómo te atreves a enturbiarme el agua? dijo malhumorado al corderillo. Castigaré tu temeridad. –No se irrite Su Majestad, contestó el Cordero; considere que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos más abajo, y mal puedo enturbiarle el agua. –Me la enturbias, gritó el feroz animal; y me consta que el año pasado hablaste mal de mí. --¿Cómo había de hablar mal, si no había nacido? No estoy destetado todavía. –Si no eras tú, sería tu hermano. –No tengo hermanos, señor. –Pues sería alguno de los tuyos, porque me tenéis mala voluntad todos ustedes, sus pastores y sus perros. Lo sé de buena tinta, y tengo que vengarme.” Dicho esto, el Lobo me lo apresa, me lo lleva al fondo de sus bosques y me lo come, sin más auto ni proceso. 

Fábula: Los zánganos y las abejas

LOS ZÁNGANOS Y LAS ABEJAS Por la obra se conoce al obrero. Sucedió que algunos panales de miel no tenían dueño. Los Zánganos los reclamaban, las Abejas se oponían; El pleito llegó al tribunal de cierta Avispa: ardua era la cuestión; testigos deponían haber visto volando al rededor de aquellos panales unos bichos alados, de color oscuro, parecidos a las Abejas; pero los Zánganos tenían las mismas señas. La señora Avispa, no sabiendo qué decidir, abrió de nuevo el sumario, y para mayor ilustración, llamó a declarar a todo un hormiguero; pero ni por esas pudo aclarar la duda. “¿Me queréis decir a qué viene todo esto? preguntó una Abeja muy avisada. Seis meses hace que está pendiente el litigio, y nos encontramos lo mismo que el primer día. Mientras tanto, la miel se está perdiendo. Ya es hora de que el juez se apresure; bastante le ha durado la ganga. Sin tantos autos ni providencias, trabajemos los Zánganos y nosotras, y veremos quién sabe hacer panales tan bien concluidos y tan repletos