LOS ZÁNGANOS Y LAS ABEJAS Por la obra se conoce al obrero. Sucedió que algunos
panales de miel no tenían dueño. Los Zánganos los reclamaban, las Abejas se
oponían; El pleito llegó al tribunal de cierta Avispa: ardua era la cuestión;
testigos deponían haber visto volando al rededor de aquellos panales unos bichos
alados, de color oscuro, parecidos a las Abejas; pero los Zánganos tenían las
mismas señas. La señora Avispa, no sabiendo qué decidir, abrió de nuevo el
sumario, y para mayor ilustración, llamó a declarar a todo un hormiguero; pero
ni por esas pudo aclarar la duda. “¿Me queréis decir a qué viene todo esto?
preguntó una Abeja muy avisada. Seis meses hace que está pendiente el litigio, y
nos encontramos lo mismo que el primer día. Mientras tanto, la miel se está
perdiendo. Ya es hora de que el juez se apresure; bastante le ha durado la
ganga. Sin tantos autos ni providencias, trabajemos los Zánganos y nosotras, y
veremos quién sabe hacer panales tan bien concluidos y tan repletos de rica
miel.” No admitieron los Zánganos, demostrando que aquel arte era superior a su
destreza, y la Avispa adjudicó la miel a sus verdaderos dueños.
Blog de Estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente Nº 166 de Tandil de la carrera Tecnicatura Superior en Bibliotecología
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