De allí pasó a la Universidad de Florencia, donde se graduó en física y
se doctoró en astrofísica, con una tesis en la que hablaba de las variables
cefeidas, un tipo de estrella cuya radiación varía en pulsos que pueden durar
periodos de tiempo que van de uno a 135 días.
Profesora de Física en la Universidad de Trieste, fue la primera mujer italiana en dirigir el
Observatorio Astronómico de Trieste; desde 1964 hasta 1987, llevándolo a
obtener renombre internacional.
Hizo grandes avances en
el campo de la radioastronomía (el estudio del espacio a través de las señales
de radio) y la espectroscopía estelar (el estudio de las estrellas a través de
todo el espectro de energía que desprenden). Publicó más de doscientos papers
científicos durante su carrera y hasta tiene un asteroide con su nombre, el
8558 Hack, descubierto en 1995.
Trabajó para numerosos observatorios estadounidenses, europeos y
estatales por largo tiempo como miembro del grupo de trabajo de la Agencia
Espacial Europea y de la NASA. En Italia, después de una intensa actividad de
fomento, logró que la comunidad astronómica italiana expandiese su actividad
mediante el uso de varios satélites, alcanzando así un nivel de renombre
internacional.
Pero, además, la figura de
Hack era conocida más allá de su actividad científica porque era una activista
incansable de convicciones sociales progresistas que utilizaba su posición de
respetabilidad para hacerse oír y pelear por los derechos civiles,
especialmente los de las mujeres y los homosexuales.
Hizo campaña entusiasta a favor del derecho al aborto, de los derechos de los homosexuales, de los derechos animales, de la investigación con células madre y de la eutanasia. Atea practicante, señaló en muchas ocasiones la influencia que la religión ejerce sobre la sociedad italiana y cómo interfiere con la libertad de la investigación científica.
Margherita Hack falleció en 2013, a los 91 años, en la ciudad de Trieste. Cuando murió, dejó a la ciudad toda su biblioteca: más de 24 000 libros de todas las temáticas, para que pasasen a formar parte de los fondos municipales.
Margherita Hack: Si me encuentro a Dios, le diré que estaba equivocada...
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